Desde el punto de vista de la salud, los mariscos son una excelente fuente de proteínas de alta calidad de fácil digestión y proporcionan grasas, vitaminas y minerales esenciales. Como tal, se acepta que incluso consumir pequeñas cantidades puede tener un impacto nutricional positivo para personas de todas las edades.

Debido a que la demanda mundial de productos del mar está creciendo a un ritmo sin precedentes y la producción de la pesca de captura se ha mantenido en los niveles actuales, la acuicultura ha tenido la responsabilidad de suministrar volúmenes cada vez mayores.

Al estar a la altura de esta tarea, el consumo humano de especies cultivadas eclipsó al de los productos de la pesca de captura en 2014, y ha continuado con esta tendencia de crecimiento. Con miras a satisfacer las necesidades de productos del mar de la población de 2050, la acuicultura tiene la capacidad de seguir expandiéndose y el consenso es que el cultivo de productos acuáticos se convertirá en una fuente de alimentos cada vez más importante a nivel mundial. Y, sin embargo, para maximizar su contribución a la alimentación sostenible de 9.500 millones de personas, la acuicultura debe superar su dependencia de la formulación de alimentos a partir de ingredientes marinos convencionales.

Si bien las tasas de inclusión en los alimentos acuícolas han mostrado una clara tendencia a la baja a medida que avanzó la eficiencia alimentaria de los sistemas de cultivo de peces y camarones, este uso selectivo por sí solo no es suficiente para garantizar que las tasas de crecimiento de la acuicultura requeridas puedan mantenerse a largo plazo.

La harina y el aceite de pescado se consideran entre los ingredientes más nutritivos y digeribles para los alimentos para peces y camarones de cultivo, pero los suministros son limitados porque se obtienen de la pesca de captura. También existe una competencia creciente por estos ingredientes provenientes de otras industrias. Por lo tanto, si bien las tasas de inclusión en los alimentos acuícolas han mostrado una clara tendencia a la baja a medida que avanzó la eficiencia alimentaria de los sistemas de cultivo de peces y camarones, este uso selectivo por sí solo no es suficiente para garantizar que las tasas de crecimiento de la acuicultura requeridas puedan mantenerse a largo plazo. Para apoyar el progreso continuo y la rentabilidad de las cadenas de valor, y para cumplir con compromisos más amplios de seguridad alimentaria y ambiental, la acuicultura debe priorizar la reducción adicional de su dependencia de estos ingredientes. La aplicación de nuevas materias primas sostenibles e ingredientes especiales en alimentos acuícolas, tanto a través del reemplazo como del intercambio, ofrece un medio para hacer precisamente eso.